Violencia y cuerpo masculino: una mirada desde la prensa escrita a los jóvenes ...

RESULTADO DE INVESTIGACIÓN: Proyecto de investigación: “La Juventud y el Honor: representaciones mediáticas de jóvenes populares en Cali, Colombia”– Facultad de Humanidades y Ciencias Sociales, Departamento de Comunicación y Lenguaje, Pontificia Universidad Javeriana PUJ, Cali, Colombia.
Resumen*
Estudiar las formas como se narra y se registra el cuerpo de hombres jóvenes en la prensa – en particular cuando sus apariciones se refieren a delitos en los que el cuerpo aparece inerme, castigado o vejado… a veces, amputado u odiosamente agredido – es una excepción antes que una regla: la mayoría de los estudios actuales abordan la aparición del cuerpo humano en los medios de comunicación haciendo hincapié en la figura femenina que es abusada por la publicidad y por el morbo consumista [Traversa, 1997]; siendo presentados dichos cuerpos desde el eros vital (aunque a veces pornográfico) y no desde el tánatos fatal con el que se solazan los mismos medios al narrar las historias que involucran a los hombres; en particular a aquellos que hacen parte de estructuras urbanas marginalizadas (pandillas, barras bravas o bandas organizadas al servicio de estructuras criminales como el narcotráfico), mismas que recurren a la violencia como “método” de mediación en contextos convulsos como aquellos en los que su misma actividad ilegal hace imposible dirimir un conflicto por la vía pacífica o normativa. Algunos estudios sobre la masculinidad a mediados de los Ochentas concluyen que su sexualización se debe a la emergencia de hombres jóvenes convertidos en “objetos sexuales” [Nixon, 1997], que promocionan jeans o fragancias; y que responden a unas características físicas similares (como brazos desarrollados o pectorales bien definidos). Resulta paradójico que la prensa sensacionalista de Cali – por la misma época – se regodeara no en el narcisismo sino en la inhumanidad de la mutilación, los cortes y el salvajismo de los victimarios [Uribe Alarcón, 2004]. Esta ponencia dará cuenta del avance del proyecto de investigación “La Juventud y el Honor: representaciones mediáticas de jóvenes populares en Cali, Colombia”; en el cual se ha realizado revisión, sistematización y análisis de registros noticiosos de los 4 periódicos principales de la ciudad de Cali, Colombia, entre 1985 y 2009; años éstos que se han caracterizado por la escalada de la violencia (social, pero también mediática) entre jóvenes de distintos sectores populares de la ciudad.
Introducción
El asunto de las representaciones sociales de la juventud en Cali ha sido el primer interés de la línea de Comunicación y Ciudad del grupo Procesos y Medios de Comunicación. Durante los meses de Enero 2010 a Julio 2011, a través del proyecto “La Juventud y el Honor: representaciones mediáticas de jóvenes populares en Cali, Colombia”[1], se revisaron 25 años (de 1985 a 2009) de apariciones mediáticas en la prensa escrita caleña – concretamente, los diarios El País, El Caleño, Occidente y El Q´Hubo – hasta obtener de dicha revisión un total de 298 registros de delitos cometidos por hombres jóvenes cuyos móviles principales eran cuestiones de honor (injurias, afrentas, venganzas, crímenes pasionales, entre otras categorías operativas que se usaron en el estudio como criterios de inclusión/exclusión al momento de realizar el levantamiento de los datos en cada uno de los periódicos que circularon durante la ventana de tiempo antes mencionada, el cual fue llevado a cabo por 13 monitores de investigación, con el acompañamiento de 1 docente-investigador principal, 2 docentes coinvestigadores, y 2 egresados recientes de las carreras de Psicología y Comunicación de la Pontificia Universidad Javeriana, Cali). Dichos registros demostraron que en barriadas en las que el Estado no tiene una institucionalidad social fuerte la mayoría de las afrentas referidas al honor masculino recurrían al uso de la violencia física como forma de resolver los conflictos cotidianos, mismos que se dirimen mediante el uso de códigos y espacios distintos a la ley y a los estrados judiciales. En anteriores trabajos [Valencia, 2010] se ha logrado establecer que aunque el derecho haya creado un marco referencial que instituye la igualdad ante la ley y la dignidad universal como sus principales premisas; hoy en Cali existen grupos de hombre jóvenes que descreen de las instancias judiciales como espacios de reivindicación del honor. Tal desconfianza se ha naturalizado hasta el punto de ser uno de los principales factores para la permanencia de altos índices de violencia urbana, particularmente en barrios y sectores marginados y subnormales[2]. La justicia por la propia mano es usada como recurso por bandas y pandillas juveniles, grupos delincuenciales organizados, etc.; los cuales – a diferencia de otras épocas – colectivizan el honor, cobrando venganza por las afrentas sufridas contra alguno de sus integrantes por otro clan o grupo enemigo. La mayoría de las disputas son por cuestiones territoriales, por rivalidad (muy frecuente entre las mencionadas barras bravas), o por traición (en algún negocio, o en cuestiones sentimentales), y en buena parte de los casos dichas disputas se resuelven con sangre. Como en otras investigaciones realizadas en América Latina [Cerbino, 2006], en Cali los medios de comunicación han contribuido a crear una mirada estigmatizadora sobre los habitantes de las comunas periféricas de la ciudad por los casos de violencia que en ellas se presentan, siendo estos lugares donde comúnmente se asientan las familias recién arribadas a la ciudad, provenientes del pacífico colombiano y del sur del país [Valencia, 2007]. Como uno de los propósitos de este estudio es servir de referente para conocer los diversos modelos de masculinidad en distintos espacios citadinos colombianos, se quiere hacer de este proyecto una propuesta teórico/metodológica ajustable a las distintas realidades urbanas, y acoplada a los diferentes contextos inmediatos; de allí que sea crucial estudiar cómo es tratado el tema de los conflictos juveniles en los distintos discursos periodísticos como elemento disociador o cohesionador de grupos sociales determinados.
Metodología

La masculinidad es la principal categoría abordada por la investigación aquí presentada, por lo que el trabajo hasta hoy realizado se puede considerar de Género; y es en particular el concepto de hombría[3] el referente metodológico para cada uno de los aspectos que se intentan acotar en el estudio. Mediante la revisión documental y el registro histórico directo se ha buscado enfatizar en dicha condición que ha sido poco abordada desde el campo culturalista Latinoamericano, y que representa un importante foco de atención para entender cómo se constituyen los territorios y espacios urbanos emergentes en Cali. Pero así como la masculinidad se expresa a través de la afirmación, y la demostración de valentía, hombría y respeto [Cerbino, 2006]; dichas formas expresivas – que han tenido históricamente un telón de fondo proporcionado por la cultura patriarcal latinoamericana – han encontrado su coherencia (incluso, su explicación dentro de este estudio) en la categoría de Honor[4]: esta investigación pretende validar fácticamente cómo se manifiesta y/o aparece dicho concepto en los delitos cometidos por los jóvenes caleños, y que son registrados por la prensa escrita entre 1985 y 2009. El instrumento de recolección de información utilizado fue elaborado preliminarmente en Word 2007, pero se espera trasvasar la información allí consignada a una base de datos que permita el cruce de información cuali/cuantitativa (en software especializados como ATLAS/TI ® o TESTQUEST ®). Dicho instrumento tiene una Ficha General (con 20 variables de clasificación de la información, 13 de tipo cualitativo y 7 cuantitativo); posteriormente aparecen dos Fichas de Fuentes (con 7 variables cualitativas la primera – misma que enfatiza en la descripción de las fuentes consultadas – y 6 variables cualitativas la segunda, que enfatiza en el manejo del discurso por parte del/a redactor/a del informe). Enseguida está una Ficha de Hecho Delictivo (con 27 variables: 3 cualitativas y el resto cuantitativas. En ellas se discriminan los tipos de delito contra el honor según el Código Penal Colombiano, y los móviles o causas que pueden ocasionar desenlaces violentos por fuera de la ley). Finalmente, aparece un última Ficha de Análisis de Contenido (Gráfico y Discursivo), que incluye 5 amplias variables sobre distintos contextos y calificativos usados en el medio impreso; siendo ésta una ficha puramente analítica, a diferencia de las anteriores que son eminentemente descriptivas. A la fecha, se ha planteado una nueva fase de la investigación en la que se ahondará en los datos obtenidos, pues hasta ahora la interpretación ha sido focalizada y no integradora. Esta ponencia se concentrará en el análisis de algunas imágenes aparecidas en uno de los periódicos sensacionalistas revisados – El Caleño - en el que se denota una clara distinción en la forma de registrar gráficamente los cuerpos de hombres y mujeres. Dicho análisis será propositivo y flexible, y pretende aportar conocimiento a la labor investigativa de la línea de Comunicación y Ciudad; así como a uno de sus subproblemas: La relación (expresiva, simbólica, estilística, etc) entre el Cuerpo y la Ciudad en la configuración de la identidad caleña.
Resultados
Algunos resultados hasta ahora arrojados por el estudio son: 1) El periódico con mayor número de registros mediáticos sobre hechos delictivos alrededor de la categoría de Honor es El Caleño (con el 39% de los obtenidos), debido seguramente a su condición de periodismo de crónica roja y dirigido principalmente a públicos de sectores populares. 2) Los periódicos de este mismo corte (El Caleño y Q’Hubo) son los únicos en los que aparecen 3 o más fuentes por noticia o información concerniente a algún caso como los registrados, siendo El País y El Occidente periódicos más afines a reproducir los boletines oficiales. Al contrario, Q’hubo y El Caleño reconstruyen los hechos usando recursos del periodismo narrativo, y reúnen testimonios de personas allegadas a las víctimas, de vecinos de los sectores o de testigos de la situación aludida. 3) Los hombres jóvenes de sectores populares o excluidos son comúnmente presentados como “desadaptados”, “peligrosos”, “en riesgo”, o “vengativos”; sin una explicación más profunda de las causas, mas sí de los efectos de su decisión de cobrar por mano propia las afrentas recibidas. 4) Finalmente, el registro de los hechos de los periódicos que circulan más comúnmente entre la sociedad integrada (El País y Occidente) responde a la estructura del canon informativo, mientras que los periódicos dirigidos a grupos poblacionales populares ironizan la situación registrada desde el titular, al tiempo que acompañan con imágenes crudas el texto (a veces, ante la ausencia de fotografías recurren a ilustraciones de poco nivel de elaboración para reconstruir los hechos), intentando una contextualización que satisfaga a sus lectores ávidos de detalles e interesados por los pormenores. En las 298 fichas recogidas en estos 25 años de revisión se encuentran – entre los 4 periódicos – un total de 323 imágenes. De éstas, 186 son imágenes aparecidas en el diario El Caleño (la mayoría de ellos en primera página y en la sección de crónica roja), 12 son ilustraciones en tinta que intentan reconstruir los hechos narrados y el resto son fotografías. La mayor parte de las fotos exhiben el cuerpo sin vida de la víctima, y sólo unas pocas (en particular, las de finales de la década de 1980) muestran al victimario; en algunos casos posando con el arma homicida en la mano. Sólo 12 de las imágenes de víctimas son de mujeres y 1 sobre el asesinato a un homosexual. Los titulares que acompañan las imágenes funcionan también como pieza gráfica, pues además del uso de un lenguaje coloquial, la fuente en mayúsculas y ocupar el ancho total de la página del periódico (que es tamaño tabloide); son coloridos y ayudan a focalizar la mirada: Le sacó las tripas (08/01/1989), De puñalada le partió el corazón (13/11/1985), “Chuzo” p’al Payaso (21/03/1986), Le abrieron el corazón (10/05/2003), Le acabaron la cara a punta de ladrillazos (02/10/1991), Por su calva mató (05/08/1989). Por su parte, el mismo periódico registra el cuerpo femenino con lascivia y voluptuosidad: Mi bebé me quiere aumentar los senos (28/12/2001), A comer “gallina ciega” con arroz “a la cubana” (04/18/1997), Conozco más “bejucos” que Tarzán (06/06/1986). Incluso, este último titular referido a una rubia con el torso desnudo viene acompañado en la parte superior de la página de la fotografía de un hombre muerto por ahogamiento, y que aparece fotografiado con sus genitales al aire.

A partir de estos breves apuntes, y de la experiencia de revisar todos los registros de prensa consignados durante el año de investigación del proyecto, se hará la siguiente interpretación sugerente sobre cómo se narra, se exhibe y se registra la violencia –