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Notas sobre violencia de género desde la sociología del cuerpo y las emociones


 

RESULTADO DE INVESTIGACIÓN: investigación de tesis para la maestría de Sociología (Dpto. de Sociología‐FCS‐UDELAR) “La dominación y sus respuestas. Estudio de caso sobre los usos de una política de transferencias condicionadas (Proyecto 300) por parte de sus beneficiarios. Fases 2001 a 2006, en su aplicación en Montevideo”, Montevideo, noviembre de 2007.

 

Resumen


En el artículo se discute y amplía la explicación sobre la violencia doméstica y de género expuesta por los enfoques feministas, desde una perspectiva centrada en los conflictos de clase y los mecanismos de dominación. La argumentación se dirige a dar cuenta de la particularidad con que se presenta el fenómeno en los sectores populares. De este modo, la violencia doméstica es parte de los mecanismos de dominación social, concebidos en relación al eje de los conflictos de clase, a través del análisis del cuerpo y las emociones.


Palabras clave: violencia doméstica; violencia de género; clases sociales; cuerpo; emociones



Abstract


This article discusses and extends the explanation of domestic violence and gender developed by feminist approaches, from a perspective focused on class conflict and domination mechanisms. The argument is directed to consider the specific way this phenomenon mani‐ fests in popular sectors of society. Thus, domestic violence is part of social domination mech‐ anisms, understanding them in relation to the axis of class conflict, through the analysis of the body and emotions.


Keywords: domestic violence; gender violence; social classes; body; emotions

[endif]--Introducción


En este artículo pretendo discutir y ampliar la explicación sobre la violencia doméstica y de género1, que ha sido expuesta por los enfoques feministas como un problema que afecta sobre todo a las mujeres. Algunas de estas definiciones resaltan la centralidad de la violencia hacia las mujeres, haciendo un menor énfasis en la violencia generacional. Esta tradición asigna importancia a la perspectiva de género, con la inclusión del sexo como variable explicativa, en desmedro de otras categorías relevantes para el análisis de la dominación y la violencia, como la generación y la raza‐etnia. Sobre todo no ha sido incluida la clase social, probable‐ mente a partir de la discusión que muchas feministas han tenido con la tradición marxista.


Pretendo fundamentar una hipótesis surgida de algunos hallazgos de mi investigación sobre dominación, desigualdad y exclusión.2 En diversas entrevistas de dicha investigación se analizaron relatos que constataban una fuerte presencia de violencia doméstica en contextos de pobreza y exclusión. A partir de estos hallazgos intentaré vincular la violencia doméstica y de género con una perspectiva centrada en los conflictos de clase y los mecanismos de dominación, desde una argumentación dirigida a dar cuenta de la particularidad con que se presenta el fenómeno en los sectores populares, lo que su‐ pone incluir la categoría de clase social en el centro del análisis de la violencia.Para ello entenderé las expresiones de violencia como parte de los mecanismos de dominación social, concibiéndolos en relación al eje de los conflictos de clase, a través del análisis del cuerpo y las emociones. De este modo, la conceptualización abarca una definición más amplia de la tradicional‐ mente aceptada en ámbitos académicos y de políti‐ ca pública. Por tanto resulta relevante incorporar los conceptos de clase social3, y mecanismos de soportabilidad y regulación de las emociones (Scribano, 2008a, 2008b, 2009a, 2009b, 2009c, 2010b).Así, presentaré una hipótesis sobre la violencia doméstica y de género que incluya una re‐ flexión del cuerpo y las emociones, particularmente relevante para este tipo de investigaciones dado que el cuerpo cobra centralidad en tanto objeto de la violencia, pero también porque cuerpo y emociones son el “locus de la conflictividad y el orden. Es el lugar y topos de la conflictividad por donde pasan (buena parte de) las lógicas de los antagonismos contemporáneos.” (Scribano, 2009d:06).Sin embargo, más allá de la relevancia del cuerpo y las emociones desde una perspectiva sociológica, este ha sido escasamente abordado por la bibliografía sobre violencia doméstica. La reflexión que presento, se nutre entonces de la política de los cuerpos en el contexto de relaciones de poder de clase y extracción de beneficios económicos, políticos y sociales. De este modo intentaré incluir la categoría de clase, que resulta central en un contexto de expropiación y depredación social y ambiental, donde se imponen los intereses de los más poderosos a pesar de los costos sociales, económicos y ambientales (Giarracca, 2007; Renfrew, 2007; Scribano, 2009a, 2010a). En un primer apartado realizaré una breve discusión sobre el concepto de violencia de género y violencia doméstica, para luego fundamentar la relevancia de la categoría de clase social así como de los mecanismos de regulación ideológica para el estudio de la violencia doméstica y de género. Final‐ mente propondré una hipótesis que intenta articular varias dimensiones de análisis. Cerraré el artículo con una síntesis de los principales avances que permite la línea de investigación propuesta.


Algunas consideraciones sobre la violencia de género


La violencia de género o violencia hacia las mujeres, surge como problema sociológico relevan‐ te sobre todo a partir de la militancia de los movimientos feministas. Estos han estado presentes desde las luchas por el sufragio universal, luego que la revolución francesa estableciera la igualdad jurídica y las libertades y derechos políticos para los hombres, excluyendo a las mujeres, hasta las reivindicaciones por la participación en instituciones educativas, o contra la discriminación laboral, etc. En el campo de las ciencias sociales se ha constituido una importante agenda a partir de críticas al modelo de conocimiento generado por los pensadores clásicos, basados, según se afirma, en un carácter más o me‐ nos misógino.4 Este largo proceso tuvo su expresión pro‐ gramática en la Convención Interamericana para Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia Contra la Mujer (Belem do Pará, 1994), y luego en la Plata‐ forma para la acción de la declaración de Beijing (1995). En dicha declaración se identifica la violencia contra la mujer como “un obstáculo para el logro del objetivo de la igualdad, el desarrollo y la paz. La violencia contra la mujer viola y menoscaba o anula el disfrute por las mujeres de sus derechos humanos y libertades fundamentales.” (ONU, 2001:73).5 De este modo, se coloca la problemática de la violencia contra las mujeres en la agenda pública, ya no como mero problema circunstancial, sino en términos de acciones continuas requeridas para asegurar los derechos y libertades de las mujeres. En el documento se define la Violencia contra la mujer como cual‐ quier tipo de violencia basada en género, desde la amenaza de daños a la privación de libertad.Entonces, la violencia hacia las mujeres se relaciona con lo que se ha denominado perspectiva de género, término que destaca el carácter relacional de la información sobre las mujeres, que refiere necesariamente a la información sobre los hombres, indica además que dicho término: “… pone de relieve un sistema completo de relaciones que puede incluir el sexo, pero no está directamente determina‐ do por el sexo o es directamente determinante de la sexualidad.” (Scott, 1996: 7). Así, el género se refiere a la forma en que las cualidades e identidades de mujeres y hombres se encuentran determinadas por el proceso de socialización. Las relaciones resultan‐ tes suelen caracterizarse por relaciones jerárquicas que tienden a poner a la mujer en desventaja y subordinación. Dado que son producto del proceso de socialización, las cualidades e identidades así construidas tienden a considerarse naturales e inmuta‐ bles, a pesar de que varían a través de distintas sociedades y períodos históricos.



Continúa...


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NOTAS:


1 Ambos términos se diferencian: por un lado la violencia de género puede producirse o no en el ámbito doméstico, en cambio la violencia doméstica tiene un contenido más general, en tanto incluye la violencia intergeneracional. A su vez, dentro de la violencia de género, suele diferenciarse la “violencia en la pareja” (ya sea con o sin convivencia incluyendo una relación anterior, de modo de dar cuenta de la violencia ejercida por ex parejas), de la violencia institucional o la grupal. Me referiré a ambos conceptos porque pretendo realizar un aporte sobre los mecanismos que están en la base del conflicto de clase y que pueden repercutir en distintas expresiones de la violencia.

2 Se trata de la investigación de tesis para la maestría de Sociología (Dpto. de Sociología‐FCS‐UDELAR) “La dominación y sus respuestas. Estudio de caso sobre los usos de una política de transferencias condicionadas (Proyecto 300) por parte de sus beneficiarios. Fases 2001 a 2006, en su aplicación en Montevideo”, Montevideo, noviembre de 2007.

3 No es posible dar aquí una definición de clase social, ni presentar someramente el debate de este concepto, de una importancia central para la sociología. Según Feito Alonso (1995) los estudios marxistas han insistido en tres aspectos: los intereses materiales de las clases que la oponen a otras clases, la experiencia vivida, y la capacidad de acción colectiva (“clase para sí”). Como sostendré más adelante, estos tres aspectos de la experiencia de clase pueden afectar a las familias en contextos sociales de fuertes privaciones, desmovilización y estigmatización.

4 Esta es la fundamentación de buena parte de la producción feminista, pero algunos análisis matizan esta interpretación. Por ejemplo María Magdalena Trujano, en su libro “Más allá de la humanidad moderna. Una búsqueda afirmativa de lo femenino en Rosseau y Marx” revisa la inclusión de la mujer dentro de la concepción de humanidad de ambos autores (Trujano, 2007). Según Gayle Rubin, sin embargo, Marx no se interesó en el sexo sino que en su perspectiva “los seres humanos son trabajadores, campesinos o capitalistas; el hecho de que también son hombres o mujeres no es visto como muy significativo.” (Rubin, 1986: 97).

5 Traducción propia del documento en inglés.



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