Los cuerpos de Ciro y Rosario: un drama social

1. Drama social y noticiabilidad*
En abril de 2011 una pareja de estudiantes de ingeniería forestal desaparece en el nevado de Bomboya, en Arequipa, una zona agreste y de difícil acceso en el sur del Perú. Rosario Ponce de 24 años y madre de un niño de cinco fue rescatada con vida luego de unos días de desaparecida; sin embargo, el cadáver de Ciro Castillo, de 27 años, con el que tenía una relación reciente, tomó seis meses.
El hecho que relatamos desencadenó cientos de titulares en la prensa escrita, radial y televisiva (como también intensos debates en las redes sociales), dando cuenta de un drama social que vivió intensamente la sociedad peruana durante todo el tiempo que tomó la búsqueda de Ciro[1].
Los periodistas de diversos medios vieron en el rescate de Rosario y el hallazgo del cadáver de Ciro, una fuente de misterio. “Hay algo extraño en la desaparición de Ciro”, fue el primer titular que se publicó en el diario OJO, tras dos días del encuentro de Rosario. Incluso se llama la atención sobre la reacción de la joven al ser rescatada pues se refiere que preguntó “quién ganó las elecciones presidenciales” para luego hablar incoherencias (bajo un severo cuadro de deshidratación) y no haber inquirido por su pareja de viaje. Este escenario se nutre de un número importante de fuentes secundarias que dan testimonio sobre los hechos –muchas veces sin sustento alguno-. Por ejemplo, durante los seis meses de búsqueda la prensa anunció en siete oportunidades que Ciro había sido encontrado, tratándose de pistas falsas obtenidas a partir de fuentes secundarias no confirmadas. Por otra parte, el padre de Ciro, se convierte en una voz omnisciente en los medios, levantando un sinnúmero de hipótesis, exigiendo la acción de las instituciones públicas y movilizando recursos para la búsqueda de su hijo, al punto que diferentes grupos lo proponen como “padre del año”, llegando a tener sendas apariciones en los principales programas de primetime de la televisión local, en un contexto social en el que varios padres buscan a sus hijos perdidos o los lloran víctimas de diferentes formas de violencia.
El valor de noticiabilidad, de la desaparición de los jóvenes, el rescate de Rosario viva y la búsqueda de Ciro, se instauró con facilidad, legitimándose en los medios. Debemos señalar sin embargo, que diferentes fuentes periodísticas trataron el hecho con diversos niveles de seriedad, incluso convirtiéndolo en noticia en momentos diversos, lo que se puede observar al realizar un análisis de contenido y léxico de los diarios de circulación nacional[2].
Las noticias se volvieron rutinarias, al punto de aparecer varias veces al día en los diarios on line, sin embargo no perdían la atención del público,
“(la rutinización) significa que los hechos o visiones de lo real legitimados para alcanzar una virtual noticiabilidad pasan a ocupar un lugar en la agenda de los medios informativos. Son pre-textos ya tipificados, generalmente por su tematización o por el status de las personas que intervienen en aquélla y se les asigna personal y espacio en el periódico o en el informativo de TV o radio, espacio que se adecúa oponiendo la mínima resistencia. Esta adecuación implica que el reporterismo diario tienda a informar determinadas macroestructuras temáticas mientras se expulsa a otras (…) (Fagoaga 1994, 68-69)
En el cuadro que presentamos proponemos un esquema que muestra la dinámica que jugaron los medios en el proceso de consolidación del drama social que analizaremos a continuación:
Cuadro n°1: La construcción de la noticia y el drama social

Los aspectos simbólicos, las estructuras narrativas y las temáticas que se rutinizaron dieron cuenta y a la vez ayudaron a consolidar el drama social basado en la historia de Ciro y Rosario.
2. Ambigüedad y artificio en el drama social
Los dramas sociales ponen en evidencia las características de las instituciones. Se juega, se innova, se improvisa, se parodia, se reniega; en suma, se vive el orden social para afirmarlo y transformarlo a la vez. Pero no todo problema social se elabora simbólicamente al punto de convertirse en un drama social. Tampoco los problemas sociales que proyectan profundos sentimientos deben ser vistos como simples reflejos de condiciones objetivas de la sociedad,
“Social problems are projections of collective sentiments rather than simple mirrors of objective conditions in society” (Hilgartner & Bosk, 1988, pág. 53).
Al parecer, es posible que ciertos problemas sociales despierten sensibilidades particulares compartidas por grupos sociales que a la vez, pueden ser amplificadas por diversos medios de comunicación y redes sociales.
Proponemos que el caso de Ciro y Rosario fue experimentado como un drama social que dio cuenta de las estructuras sociales y simbólicas de los peruanos, poniendo en evidencia que la narrativa de los hijos y padres ausentes es muy sensible como lo es también el de las mujeres fuertes y autónomas. Y ese drama social se performó en los cuerpos de Ciro y Rosario.
3. Ángeles y piñatas
Es posible analizar múltiples líneas narrativas en el drama social del que nos ocupamos, sin embargo nos interesa profundizar en las transformaciones que siguieron los cuerpos de ambos jóvenes desde las noticias de los diarios que sometimos a análisis de contenido, pues nos permiten entender aspectos profundos arraigados en la sociedad. Es decir, podemos elaborar una isotopía entre los cuerpos sociales y los cuerpos de estos jóvenes desde la perspectiva de la prensa peruana.
3.1 Rosario: la piñata más vendida de 2011
A pesar de no existir pruebas de delito alguno en el caso de Rosario Ponce, una gran parte de la sociedad peruana la condenó al punto de apedrearla en la calles de Arequipa. Para aquéllos, Rosario representa la antítesis de la mujer mariana y conservadora que la sociedad peruana aún valora y desea a pesar de sus declaraciones de modernidad y liberalidad. En palabras del periodista Eduardo Adrianzén, Rosario representa a la chica mala de la historia (Adrianzén 2012),
“La detestan por ser una mujer que no llora. Porque siguió con su vida. Por ser madre soltera. Por haber tenido otras parejas antes del difunto. Porque defiende su privacidad ante los moralistas que se creen con derecho a meter las narices bajo sus sábanas. En fin, por el terrible crimen de ser más hábil -o más suertuda- y sobrevivir a un hombre en una situación límite (...) A Ponce no le interesa ser la viuda de Castillo. Su único “error” fue no dar alaridos y jalarse los pelos por él apenas la rescataron. ¡Cuántos problemas se habría ahorrado si fingía un show de dolor para conmover a la platea! (…)”.
Rosario, fue encontrada en las alturas del Colca, en el nevado de Bomboya a punto de desfallecer. La prensa resalta que para sobrevivir comió hierbas e insectos y tomó su propia orina, cobijándose en una cueva mientras Ciro iba en busca de ayuda pues ella vomitaba sangre. Sin embargo, se pone en duda que una joven pueda sobrevivir en esas condiciones: su cuerpo genera desconfianza en los periodistas ya que no parecía “tan dañada”.
Rosario no se presenta como víctima, más bien señala su fortaleza al ganarle a la montaña,
“Su experiencia la hizo creer en dios y en los milagros, porque su rescate fue uno de ellos (…). <Y antes renegaba mucho de su existencia, pero ahora sé que existen los milagros y yo soy un milagro porque le gané a esa montaña>” (Diario La República)
Adicionalmente la prensa resalta su personalidad valiente en términos negativos, en la medida en que ella afirma que se trata de una mujer que no es temerosa y a la que por el contrario, le gustan las emociones fuertes.