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Historiar la danza. De la praxis a la teoría y de la teoría a la apropiación corporal


 

RESULTADO DE INVESTIGACIÓN: El presente ensayo constituye un resultado parcial de la investigación “Hacia una cartografía del cuerpo en el arte contemporáneo”, de la que el autor es coinvestigador. Esta investigación está adscrita al Departamento de Humanidades, de la Universidad Jorge Tadeo Lozano, y financiada por esta misma institución. Hace parte del grupo de investigación “Reflexión y creación artística contemporáneas” (Col 0033999), reconocido por Colciencias.

 

La formación de bailarines, como proceso integral, requiere tanto de un desarrollo corporal riguroso, como del constante cuestionamiento sobre la especificidad de este arte. La historia de la danza como campo de conocimiento proporciona al estudiante-bailarín la posibilidad de identificar y analizar los aportes sociales, culturales y filosóficos que ofrece la danza y le ayuda igualmente en la definición de su propio lenguaje artístico al crear vínculos entre la práctica creativa e interpretativa de la danza y la historia de su arte. Considerar la historia de la danza como un derecho adquirido por el artista-estudiante, es situarlo en la historia, en el tiempo y en el mundo; al hacerlo consciente de la mutación constante que sufre toda práctica artística. En este sentido, la historia es una necesidad esencial para todo joven bailarín, al aclarar y enriquecer el análisis de la experiencia que le permiten no solamente una compresión del contenido coreográfico de las obras, las prácticas y las técnicas, sino de las nociones de cuerpo y movimiento ocurridos en los diferentes períodos del arte danzario.


El presente documento busca dar cuenta de mi estudio investigativo en historia de la danza y su relación con la apreciación y la creación coreográfica desde mi experiencia como docente del programa de danza contemporánea y como coordinador del semillero de investigación-creación “Casa en el Aire” en la Facultad de Artes (asab), principalmente, y en diferentes talleres y cursos impartidos en el país.


Luego de una particular formación en teoría de la danza, que incluyó el estudio de análisis de piezas coreográficas y el análisis funcional del cuerpo en el movimiento, el encuentro con diferentes investigadores y teóricos del cuerpo y de la historia de la danza como Hubert Godard, Michel Bernard, Laurence Louppe, Isabelle Launay, Isabelle Ginot, Mark Franko y Susana Tambutti, principalmente, redundó en un cada vez más agudo interés por la historia de la danza. Regresar en 2004 a Colombia como docente de la asignatura «Historia de la danza» en el énfasis de danza contemporánea en la que hoy en día es la Facultad de Artes (ASAB) de la Universidad Distrital, me planteó un gran reto, ya que debía proponer un curso (de dos horas semanales durante un año) que abarcara la historia de la danza escénica occidental, es decir que de una forma lineal debía pasar por los diferentes períodos de la danza, desde el Renacimiento hasta la actualidad. Aunque no es imposible hacerlo, el problema resultaba la poca profundización posible y sobre todo, y tal vez lo más importante, no se podía examinar exhaustivamente el siglo xx (importante para la formación de bailarines de danza contemporánea). El anterior hecho es contrarrestado por los posteriores cambios y modificaciones del programa académico de la carrera, los cuales le dan importancia al estudio de la historia y la teoría de la danza, proponiendo ser visto durante tres años. Este hecho cambia radicalmente tanto el acercamiento a la danza desde la apreciación, como la creación e interpretación de la misma. Acercarse al espectáculo de danza, por parte de los estudiantes, se convierte en primer lugar, en la posibilidad de entender formas de composición coreográficas, la construcción del movimiento, las diferentes nociones de cuerpo; en segunda instancia, en la posibilidad de distinguir los diferentes movimientos y períodos dancísticos y sus relaciones con otras artes; y finalmente, comprender las múltiples relaciones internas y externas que han construido la danza escénica a lo largo de su historia.


Al tiempo que dictaba los cursos de historia me confiaron las asignaturas de “Técnica de danza moderna”, de “Composición” y de “Análisis funcional del movimiento”, que me permitieron profundizar en el pensamiento relacional entre teoría y práctica de la danza, o mejor, sobre la teoría e historia de la práctica de la danza. De otro lado, en 2007, y a partir del interés de los estudiantes por la creación, se fundó el semillero de investigación-creación “Casa en el Aire”, del que han surgido notables creadores y compañías. Para 2010, inicié estudios en la maestría de Estética e Historia del Arte, que me han permitido conocer en profundidad las relaciones existentes entre la danza y las otras artes. En resumen, el proceso descrito me ha conducido a encontrar diversas articulaciones entre historia, creación e interpretación. Mi experiencia como docente, en cuanto a la formación técnico-corporal del estudiante; como director del semillero, en la propuesta de investigación para la creación en danza; y como docente e investigador y como invitado permanente a charlas y talleres sobre historia de la danza (en lo histórico e historiográfico) en algunas instituciones privadas y públicas, me han permitido fortalecer los vínculos entre teoría y práctica desde una comprensión histórico-cultural-corporal de la danza.


El dispositivo que me ha permitido adentrarme en el trabajo histórico de la danza es el encuentro con el análisis de piezas coreográficas y su estrecha relación con la comprensión del cuerpo danzante a través del análisis funcional del movimiento. Estas tres perspectivas de la danza (historia, análisis del movimiento y análisis de piezas coreográficas) han generado una comprensión del fenómeno cultural de la danza como un proceso histórico del cuerpo 1. Si bien desde el Renacimiento –con la aparición de los “maestros de danza” en las cortes europeas– se inicia la publicación de tratados y codificaciones de los pasos de las danzas cortesanas, es sólo hasta el siglo xx cuando la historia de este arte adquiere relevancia académica.


NOTAS:

  1. Es importante mencionar los trabajos realizados por Hilda Islas, Tecnologías corporales. Danza, cuerpo e historia (1995) y La enseñanza de la danza contemporánea. Una experiencia de investigación colectiva (2007) y por Janet Adshead-Lansdale, Teoría y práctica del análisis coreográfico (1999), e Historia de la danza. Una introducción (2004) como importantes fuentes bibliográficas que tratan el fenómeno histórico del cuerpo que danza y que se acercan al análisis de piezas coreográficas y al análisis funcional utilizados por los métodos de investigación en historia de la danza.



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