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Cuerpos diferentes, cuerpos diversos


 

RESULTADO DE INVESTIGACIÓN: Proyecto de Doctorado Cuerpos, sociedades e instituciones a partir de la última década del Siglo XX en Colombia. Doctorado Interinstitucional en Educación – Universidad Pedagógica Nacional, Bogotá, Colombia y Universidad del Valle, Cali, Colombia

 

IN-CORPORACIÓN[1]


El simple hecho de que pensemos que una persona con deficiencia puede mantener relaciones sexuales o que ella tenga un cuerpo bonito y deseable, acostumbra ser algo incómodo, o inclusive abominable, para una gran parte de la sociedad. Siendo así le atribuimos a ellas representaciones que van desde la negación de su sexualidad (i.e., pasan a ser vistos como seres asexuados) hasta la hipersexualización. Se puede decir que en tales representaciones aparece el miedo y la desinformación de la sociedad al hablar sobre tal asunto. (…) Estos son, así, cuerpos y sexualidades que “insisten” en querer ocupar lugares y espacios que antes no eran ocupados o no podían ser ocupados por ellos con la misma “facilidad/aceptación” con la que hoy sucede. El cuerpo y la sexualidad de las personas con deficiencia empiezan, entonces, a dejar de ser algo inerte, invisible (Piber Campos 2005:149).


Vamos a presentar las narrativas que constituyen esta matriz discursiva apelando a tres modos de enunciaciones propios de los autores que la integran: diversidad / diferencia; normalidad / anormalidad; y, visibilización / exclusión. Vale la pena decir que la discapacidad es una constante en todas estas maneras de poner lo distinto o lo inusual, más que las capacidades supra normales (por encima de la norma), como se va a ver. Es más fácil ver lo que se sale de lo pre-visto por deficiencia que por abundancia.[2]


CUERPOS NORMALES Y CORPORALIDADES APROBADAS


Los parámetros o normas legitimadas históricamente frente a la sexualidad y las instituciones educativas, la Iglesia y la familia, se han encargado implícita o explícitamente de ocultar/mostrar la sexualidad de las personas con discapacidad a quienes no se les considera sujetos, y menos sujetos sexuales, y por eso han estado expuestos a la invisibilización y la exclusión sistemática. Estas personas son vistas en muchos casos como sujetos que se quedan anclados en la infancia. Cuerpos sujetos a discriminaciones semejantes y por ende a exclusión son aquellos como los de Aydeé y Natalia, quienes emprenden, al lado de cuerpos “normales”, que por su condición tienen la posibilidad de mediar socialmente para darles visibilidad, un proyecto interesante que “se propone transitar los límites de los cuerpos asumidos como anormales, alrededor del eje anormalidad, transgresión, fuga. Dicha aproximación se realiza desde la noción de provocación como forma de develar lógicas excluyentes y discriminantes, y como praxis transformativa de las relaciones de poder. El texto queda abierto en torno a los ejes de la transformación de los investigadores durante la experiencia, la valoración de lo emocional frente a lo racional, el producto de la investigación como una provocación en sí misma y las relaciones de poder ejercidas a través de los cuerpos anormales” (2013:151). Dentro de estas producciones tenemos el monólogo que puso en escena Natalia y que se recoge en un texto del colectivo investigador llamado: “¿Discapacitadas nosotras?” Experiencias de exclusión y discriminación en los cuerpos: anormalidad, transgresión, fuga, cuya historia, junto con la de Aydée, recogemos a continuación:


Natalia Moreno tiene 27 años y nació con un “síndrome clínico” denominado artrogriposis múltiple congénita. Aydée Ramírez nació con un “trastorno” conocido como parálisis cerebral y ahora tiene 42 años. Estas dos mujeres tienen algunas cosas en común: dependen de otra(s) persona(s) para desarrollar sus actividades básicas de supervivencia tales como comer, desplazarse, vestirse e ir al baño. Sus accesos a educación, salud, vivienda y recreación, entre otros, han sido históricamente limitados por su género y posición de clase. Sin embargo, Aydée es artista autodidacta: pinta con la boca y parte de su obra condensa la relación entre sus deseos de normalidad y aceptación y las contradicciones que su propio cuerpo y su entorno imponen. Por su parte, Natalia es una activista política de izquierda y desde hace un tiempo explora en el performance y la danza posibilidades de expresión, reflexión y resistencia política. En el 2010 conformamos un equipo de investigación junto con Jana Montllor, Leonardo Bejarano y Fabio Arévalo con la idea de realizar una investigación centrada en la producción de un documental audiovisual que intentara problematizar y reflexionar alrededor de un tema que nos resultaba tanto incómodo como necesario: la cuestión de la sexualidad relacionada con personas como Natalia y Aydée. Nuestro enfoque inicial no estaba dirigido a explicar o mostrar cómo es la sexualidad de estas mujeres, sino más bien en preguntarnos abiertamente cómo hemos construido socialmente una serie de representaciones sobre la sexualidad en donde cuerpos como los de Aydée y Natalia han sido clasificados e impuestos socialmente como anormales. Lo que rápidamente encontramos es que el tabú que literalmente encierra estos cuerpos y sus relaciones con la sexualidad permite la reproducción de representaciones y formas de discriminación asumidas socialmente como normales: infantilización; asunción de estos cuerpos como improductivos e inútiles en el sistema de producción hegemónico; negación de belleza, de deseo, de cualquier forma de erotismo; imposibilidad de autonomía y una lógica de relación social permanente de lástima-limosna (p. 152).


El cine y la radio proveen así mismo, lenguajes claves para una alfabetización mediática que eduque En la misma vía, encontramos otros textos que se ocupan de los cuerpos de las imágenes; las imágenes de los cuerpos; el cine como productor y reproductor de representaciones sociales de la discapacidad; la publicidad como crónica social de las exclusiones de los cuerpos diferentes; etc. ¿A qué cuerpos nos estamos aproximando cuando se habla de anomalías o se cuestiona lo que entendemos por normalidad? ¿Qué cuerpos suscitan ciertas formas de pensarlos? ¿Cómo se ubican las/os autoras/es frente a los retos que imponen ciertos cuerpos en particular? Emilia Perujo Lavin, discurre entre cartografías en perspectiva teórica para pensar el cuerpo; topografías de cuerpos acotados a sus contextos que sin embargo establecen diálogos fuera de sus límites; escenografías con cuerpos que son imagen y cuya importancia para el espectador es su estética; y, resistencias como estrategia o trámite que agrieta el poder (2013), para intentar responder estos interrogantes. Por su parte, García Lizárraga y Martínez de la Peña, diseñadoras de profesión, se ven inmersas en luchas simbólicas comunes en la institucionalización del campo del deporte adaptado, que propenden por una definición del cuerpo discapacitado legítimo, discutiendo con interpretaciones armonicistas y mecanicistas frente a las cuales:


(…) los diseñadores tenemos la obligación de investigar y conocer cuáles son las posibles soluciones que podemos brindar para poder contribuir a brindar una mejor calidad de vida, cuestión que abarca a todas las áreas del diseño y la participación en equipos multidisciplinarios de trabajo En términos generales, la forma en que la sociedad se refiere a las personas con discapacidad refleja un desconocimiento que se traduce en una imagen negativa. Desafortunada y constantemente, esta situación es reforzada a través de los medios masivos de comunicación comercial, que al tener una audiencia mayor permean en la sociedad generando conceptos y actitudes difíciles de erradicar. Este mismo desconocimiento ha provocado que en los campos del diseño la vinculación diseño-discapacidad haya sido ignorada y postergada y han sido otras disciplinas como las biológicas y las sociales las que han tenido mayor injerencia en este campo. (García Lizárraga y Martínez de la Peña, 2007:208).


El cuerpo, dicen las autoras, es el eje de existencia del ser humano y la envoltura con que nos presentamos en un tiempo y espacio, es más que una estructura anatomofisiológica producto de interacciones y funciones orgánicas pues se encuentra compenetrado totalmente con factores socioculturales, psicológicos y personales, que lo proyectan hacia el mundo. En coherencia con lo anterior se piensa lo feo como señal o síntoma de degeneración, se lo asocia con la pobreza, la fatiga, la vejez y la enfermedad. Esa envoltura presa de estragos y deterioro, queda atrapada en la mirada que a-normaliza y desacredita el cuerpo, propiciando que las personas modifiquen sus actitudes, comportamientos y maneras de pensar, pues el cuerpo se dice: puede convertirse en un extraño para el sujeto mismo. En términos de lo que puede ser visto como normal / anormal, la discapacidad leída en toda la amplitud sugerida anteriormente, es enfrentada desde el campo de la danza integradora; de la terapia con animales; del cine como productor y reproductor de representaciones sociales; de las políticas de evaluación del cuerpo que debe ser controlado y disciplinado; y, desde las miradas sobre/desde las jóvenes mujeres con discapacidad; etc.


En lo atinente a diferencias y diversidades, hay un estudio muy sugerente en educación especial, enfocado en las condiciones, características y potencialidades personales, educativas o contextuales que definen dicha diversidad en los estudiantes. Allí se mira el estilo de enseñanza como un conjunto de acciones habituales que realiza el docente en el aula, re­lativas a aspectos como la interacción con los estudiantes, el gra­do en que se controla y gestiona y sus es­trategias, lo que permite construir un modelo teórico experimental que tome en cuenta las subdimensiones de estilo de enseñanza: activa-teórica y reflexiva-pragmática, para tomar decisiones y controlar el comportamiento (Hernández Valbuena y Abello Camacho, 2013). En otro estudio se informa sobre las guías elaboradas por ocho sociedades científicas que profundizan en los ámbitos de salud mental, ginecología, atención bucodental, oftalmología y atención al adulto, cuyo objetivo “es ser un instrumento al servicio de los médicos y el personal sanitario de las unidades especiales, de atención primaria y de los centros hospitalarios, que han de estar preparados para responder a las necesidades y seguimientos preventivos que las personas con síndrome de Down requieren en cada etapa vital”[3] Así mismo, la corporalidad en el autismo en el ámbito de la experiencia docente, pone de presente la complejidad de los procesos de inclusión de lo diferente, pues el cuerpo en sí mismo, se anuncia como una potencia de transformaciones que puede ser reconocida desde su disposición a estar en el mundo, una disposición de la presencia que obliga a la reflexión y a la construcción de un saber al respecto, por parte de la educación. El primer taller de Danza Contemporánea Integrada que se realizó en Colombia da testimonio de esta búsqueda en el espacio artístico-pedagógico, como bien lo expresa Ochoa Gaevska:


Cuando explicamos que en nuestra forma de hacer danza contemporánea lo que nos interesa es el encuentro entre personas diversas, en particular entre personas con y sin discapacidad, la primera duda que asalta al oyente es cómo una persona sorda o en silla de ruedas puede bailar. A lo que respondemos “pues que ajá, que no es tan difícil, que simplemente lo hacemos”. Hablamos desde la experiencia que nos quedó del primer taller de Danza Contemporánea Integrada que se realizó en Colombia, en donde fue tan fácil como conocerse a través del movimiento, tener en cuenta las particularidades de cada quien, portara o no el rótulo de la discapacidad, y bailar en conjunto, partiendo de los principios sobre los que se ramifica la danza contemporánea. En realidad, somos muy conscientes de que nuestro quehacer no es tan simple o superficial como necesitamos expresarlo, sino que en realidad trae consigo profundas implicaciones y transformaciones políticas, sociales, comunitarias, subjetivas y artísticas (2013:103).


Así como el cine, la danza, la publicidad, los ámbitos científicos de la salud mental, y la educación de cuerpos ausentes, se han ocupado de lo diverso y la diferencia, así también hay otros autores que lo hacen desde el ámbito de los derechos humanos y la democracia enfocados a la homofobia; apelando al “poder” y al “no poder” en la educación infantil: transgrediendo los límites para los géneros y la construcción social de las diferencias y de las identidades; en los gestos del silencio que esconde las diferencias; o, en el movimiento diverso de los cuerpos que como performatividades de la insubordinación son llamados al hacer en lo común de una alter-globalización, una propuesta de globalización pensada no solamente desde criterios económicos, sino que considere a la comunidad global y al individuo y que se plantee la globalidad como simultaneidad local, la diversidad como simultaneidad de lo diferente y la diferencia como co-habitancia de lo diverso.


DIVERSIDAD Y DIFERENCIA: MATICES PARA UNA MIRADA HISTÓRICA


Puestos a mirar hacia otras latitudes, diversidad y diferencia pueden muy bien apelar a cualidades compartidas de lo corporal, pero enmarcadas en contextos de performatividad somática profundamente disímiles. Cuerpos diferentes se ven excluidos de proyectos instituidos por no ser homologables a la regla que instituye, allí promover perspectivas alejadas del orden establecido no se admite, mientras que cuerpos diversos se incluyen ellos mismos en proyectos de emprendimiento implementados por comunidades de sentido, precisamente por no ser homogéneos, en donde los sentidos son creación permanente del grupo humano que los constituye, allí atender a perspectivas otras, ser capaz de modificar el foco respondiendo al azar, es una necesidad. La diversidad y la diferencia han sido determinantes claves a la hora de lidiar con discursividades dicotómicas como normalidad/anormalidad, discapacidad / capacidad, igual / equivalente / semejante, dominante/dominado; o polisémicas como deforme, degenerado, marginal, estándar, etc. Las representaciones sociales detrás de los apelativos o los calificativos son arbitrarios culturales que categorizan y nombran cuerpos, objetos y circunstancias e instituyen entramados simbólicos para decir, significar y referir algo de algo o de alguien. La diferencia somática en contextos de sujetos sujetados es motivo de homologación o exclusión, mientras que la diferencia somática en contextos de resistencia, deviene diversidad-inclusión. En la historia de las civilizaciones y la constitución de las sociedades, la inquietud que causa lo diferente o lo diverso ha sido prevalente y permanente. Ser diferente no siempre es cómodo ni para quien lo es ni para los demás.


El gobierno de las poblaciones, así como de los cuerpos singulares ha puesto a su servicio dispositivos de control de la diferencia / divergencia con múltiples propósitos y ha implicado la corporalidad de muchas formas. Una de las instancias en donde esta circunstancia es más notoria es la que se encarga del manejo y la repartición del capital. El engranaje económico que rige al mundo a partir del siglo XV, el capitalismo, es el nombre que se le ha dado al sistema social en el cual la producción de capital en forma de dinero o riquezas es el principal objetivo. La primera forma de capitalismo que se puede reconocer hasta bien entrado el siglo XVII es el capitalismo mercantil europeo, caracterizado por la caída de los estados feudales y el estímulo al comercio entre ciudades (preponderantemente las italianas) como principal actividad económica. Hacia el siglo XVIII en Inglaterra, en el contexto de la Revolución industrial, surge una segunda modalidad, el capitalismo industrial, enfocado en la acumulación de capital físico y caracterizado por los cambios en las técnicas y los modos de producción. Las máquinas, utilizadas a gran escala vienen a reemplazar los métodos artesanales que resultaban muy costosos y poco productivos. Una tercera forma de capitalismo conocido como financiero o comercial, se refiere al sistema económico dominante durante la mayor parte del siglo XX. Unos de sus rasgos más determinantes son la libre iniciativa empresarial y la libertad de contratación, por lo que se habla de una economía de libre mercado. A esta tercera manifestación se le puede reconocer una derivación denominada capitalismo cognitivo, enmarcado en la acumulación de bienes inmateriales y en una supuesta democratización del conocimiento. Esta derivación hace su entrada al escenario planetario en el ámbito de las sociedades tecno mediadas, pues una de sus características es la condición globalizada. Michel Foucault ha caracterizado a las sociedades según ellas ponen de presente usos y prácticas de lo humano, en donde la regulación sobre la vida de las personas está vinculada a sus procesos productivos, lo que nos deja ver el lugar de lo diferente y lo diverso en las relaciones entre gobierno de la vida y gobierno del capital. Las primeras de estas sociedades, las soberanas, anteceden[4] al capitalismo mercantil y se articulan en torno a la figura de un poder soberano único (distinto del común) que decide sobre la vida y la muerte de sus súbditos (un todo indiferenciado) y sobre la posesión y distribución de la riqueza. Por el contrario, y en el marco del capitalismo industrial, surgen las sociedades disciplinarias en donde el efecto del poder está en la capacidad de mantener una calidad de vida que garantice cuerpos productivos. En el interregno entre unas y otras estaría el capitalismo mercantil que comparte rasgos de ambas. Las sociedades de la disciplina regulan de manera sistemática los espacios, los tiempos y los cuerpos a través del establecimiento de lo que Foucault ha llamado las instituciones de encierro: la prisión, el hospital, la escuela y la cárcel. El objetivo en estas instituciones es la normalización (homologación somática) directa de los hábitos de conducta a partir de la disciplina o anatomo-política del cuerpo individual, por un lado, y del gobierno y modelización somática a distancia del cuerpo colectivo -la población-, a partir del establecimiento de bio-políticas[5], por el otro. La actualización del poder en las sociedades disciplinarias se da a partir de un doble movimiento: integración / diferenciación.


El poder actúa siempre sobre una multiplicidad que debe ser diferenciada e integrada. Es necesario ligar singularidades, homogeneizarlas y hacerlas converger en tanto singularidades –clases-, hacia un objetivo común (Lazzarato, 2006: 85). Estos sujetos homologados, las clases, son el dispositivo de reducción de la multiplicidad en dualismos y colectivos unificados (mujeres/hombres / ricos/pobres). La multicorporalidad se integra en somatotipos binarios homogéneos que reproducidos a mayor escala constituyen las poblaciones. La diferencia reducida a una performatividad que sujeta y captura la variabilidad, codifica la norma para neutralizar la posibilidad de otros devenires. En la libre iniciativa empresarial y la libertad de contratación se desaldaba aparentemente el cuerpo, sin embargo unos pocos son los escogidos y la gran masa de población (indiferenciación u homologación en la pobreza) está sujeta a la inequidad[6]. Los tres tipos de capitalismo presentan, a mi manera de ver, una circunstancia común: la diferencia por sujeción / subordinación, en donde, por ejemplo, una pequeña parte de la población está cómoda bajo la normatividad que la protege y le da privilegios –así tiene acceso a importantes ganancias-, pero la mayoría de ella se ve sujeta sin remedio a tremendos niveles de pobreza; y la diferencia por resistencia / insubordinación, en donde una parte de la población, tanto de los que pudieran fungir como privilegiados, como de los oprimidos, se excluye de lo establecido y se organiza haciendo valer su diversidad.[7]


El capitalismo cognitivo -modalidad informática e intangible del capitalismo financiero o comercial-, la forma de producción de las “net economies” en las sociedades tecnomediadas, se mueve en coordenadas de implicación somática intangibles: actúa al nivel de la mente humana. Ella es fuerza productiva directa pues sus capacidades creativa e intelectual son fuentes de riqueza. Estos hechos instituyen sus propias lógicas en la ubicación de los seres humanos en el proceso productivo. Se trata del carácter biopolítico del nuevo capitalismo, en donde aquello que se apropia y explota es el “propio vivir” de las poblaciones, su núcleo central es la inteligencia viva implicada en el trabajo y la valorización del capital. En esta forma de productividad “cognitiva” (mental)[8], un sector constituido por las élites (cognitocracias o aristocracias cognitivas) es el que implica su intelecto, y otro, sigue siendo subordinado, y aporta mayormente mano de obra calificada (cognitariados o proletariados cognitivos). La creatividad del trabajo inmaterial concentrado en el norte global elitista –elaboración de software-, se apoya en el trabajo material pauperizado del sur planetario -ensamblaje de hardware, elaboración de microchips, consolas, extracción del coltán (el mineral de la muerte)-.[9] En las cognitocracias, la producción de conocimiento se da como un proceso de apropiación y reapropiación de la información por parte de productores y consumidores, en donde los que producen, incorporan las innovaciones sugeridas por los que consumen quienes a su vez las sostienen al consumir el producto. El conocimiento se convierte en un bien inmaterial objeto de comercialización y como tal, se restringe a los saberes relevantes que pueden ser patentados, y a los que son necesarios para la gestión y la toma estratégica de decisiones por parte de las nombradas élites. De esta manera saberes tradicionales y otras formas de saber quedan por fuera al no ser rentables y rentabilizables. Cognitocracia y cognitariado son materialización de la diferencia por sujeción / subordinación. Frente a esta realidad han surgido comunidades alternativas que proponen un hacer en lo común.


El hacer en lo común, el commonfare, es un hacer que produce efecto si se hace desde la multiplicidad y la diferencia y desde la multitud heterogénea, es decir, si hay concierto, coexistencia de voces, polifonía; y si es transnacional, en tanto el planteamiento de mundo hoy es el mundo-globo, el mundo-planeta. Una objetivación de este hacer es el llamado “general intellect” o puesta a trabajar de las capacidades intelectuales y lingüísticas genéricas en el proceso productivo, como una cooperación entre cerebros[10] en el entramado de conexiones neurológicas de la sociedad red, (Rodríguez, L. y Sánchez, C., 2004: 15). Allí se gestiona el conocimiento como principal factor productivo. En palabras de estos autores la digitalización de la información y sus costos de producción tiende a cero lo cual hace posible una completa libertad de acceso y se logra un valor de uso añadido que deriva en:


(…) posibles espirales de creaciones derivadas o en otras palabras, de que su socialización incorpore el bien informacional como rutina y lenguaje común de nuevos usos y de otras creaciones. De esta forma, no es una casualidad -si la innovación y la creación son los criterios de gestión de ese nuevo campo de conocimientos, que quizás pueda tener en el ciberespacio y en el software sus expresiones paradigmáticas- que se haya considerado su estatuto común como la mejor garantía de la expansión de la riqueza cognitiva. Los commons del conocimiento se verían mejor gestionados -podríamos decir autogestionados- de ser su territorio un espacio liso -un espacio abierto a toda clase de travesías y modificaciones- igualmente alejado de los sistemas mercantiles de concurrencia como de la soberanía rancia y burocrática del Estado. Esta defensa pragmática de los commons, (…) contrasta con la retórica de corporations y Estados para los que la defensa de la creación viene acompañada de la modificación restrictiva de las leyes de propiedad intelectual; en sentido estricto, derechos de exclusividad sobre la producción y distribución de los bienes inmateriales. (Rodríguez, L. y Sánchez, C., 2004: 17)


La universidad tiene un lugar preponderante en la reconfiguración del sistema capitalista en su conjunto y a escala global, y por lo tanto no se sustrae a estos procesos de mercantilización. El conocimiento como recurso del capital entra en un vaivén político-económico de compra y venta de derechos intelectuales, de programas de formación y de franquicias para ofrecer pregrados y postgrados en cualquier lugar del mundo, lo que va a derivar en la desaparición paulatina de los espacios de educación gratuita. Así mismo, las empresas convierten el aprendizaje, al sujeto formado y al formador, en mercancías. La Universidad Nómada[11], una de estas comunidades del hacer en lo común, aboga por la autonomía y la autogestión, basadas en formas de organización horizontal del capital cultural a partir de un modelo de gestión colectiva de los asuntos comunes. Así se convoca la diversidad en tanto diferencia por resistencia/insubordinación. El llamado es a resistirse: a la asunción del conocimiento como eje de la producción de valor; a la captura de la creatividad por la dimensión monetaria del capital -la captura empresarial de la potencia y la agencia, en la totalidad de la vida social-; a la bio-política como gobierno de los modos de vida específicos del capital -la vida biológica y social concebida como empresa [proyecto de vida]; a la invisibilización / discriminación étnica, racial, de género, cognitiva, de filiación sexual, política, intelectual, cultural, y a toda forma de invisibilización; a la constitución de un sujeto epistemológico determinado por los usos y transformaciones de conceptos como capital humano, desarrollo humano y competencia; a la máquina humana como capital fijo -de la máquina industrial a la máquina pos industrial-, con la consecuente asunción de la educación como servicio y el conocimiento como objeto de consumo; al mercado transnacional de la educación y a su mercantilización por parte de entidades como el BM, la OMC, el FMI, la LOU, el acuerdo de Bolonia, etc.; a la pérdida de prioridad de la educación pública en la política del Estado; a la dualización de la educación: cognitariado [proletariado cognitivo] / cognitocracia [elites cognitivas]; a la educación como dispositivo de producción de productores –una subjetividad para la productividad económica en el marco de la dinámica de mercado como criterio central-, entre muchas otras cosas. Traficantes de sueños, una “no casa editorial”, que pertenece a la Fundación de los Comunes, un centro de pensamiento y acción críticos, como el colectivo Universidad Nómada, es otro ejemplo encarnado de gestión horizontal del conocimiento:


Traficantes de Sueños no es una casa editorial, ni siquiera una editorial independiente que contempla la publicación de una colección variable de textos críticos. Es, por el contrario, un proyecto, en el sentido estricto de «apuesta», que se dirige a cartografiar las líneas constituyentes de otras formas de vida. La construcción teórica y práctica de la caja de herramientas que, con palabras propias, puede componer el ciclo de luchas de las próximas décadas Sin complacencias con la arcaica sacralidad del libro, sin concesiones con el narcisismo literario, sin lealtad alguna a los usurpadores del saber, TdS adopta sin ambages la libertad de acceso al conocimiento.[12]


Debajo del epígrafe anterior, en todas sus publicaciones aparece lo que podría interpretarse como una “colección” del sello editorial, denominada “Mapas”, cuyo encargo intelectual se enuncia como sigue:


Mapas. Cartas para orientarse en la geografía variable de la nueva composición del trabajo, de la movilidad entre fronteras, de las transformaciones urbanas. Mutaciones veloces que exigen la introducción de líneas de fuerza a través de las discusiones de mayor potencia en el horizonte global (…) recoge y traduce algunos ensayos, que con lucidez y una gran fuerza expresiva han sabido reconocer las posibilidades políticas contenidas en el relieve sinuoso y controvertido de los nuevos planos de la existencia.


Entre la variedad de asuntos que publica Traficantes de sueños se pueden citar: entrevistas a mujeres subversivas; nostalgias de los primeros rebeldes británicos; cursos sobre los sunitas y los chiitas; pandillas juveniles y tribus urbanas ante el vestirse contra las culturas dominantes; leyendas del tiempo; cómo asaltar los cielos; democracia reloaded, y el kit de la lucha feminista, por señalar algunos.


Lo diverso y la diferencia como performatividades de la insubordinación son llamadas al hacer en lo común de una alter-globalización, una propuesta de globalización pensada no solamente desde criterios económicos, sino que considere a la comunidad global y al individuo y que se plantee la globalidad como simultaneidad local, la diversidad como simultaneidad de lo diferente y la diferencia como co-habitancia de lo diverso.



BIBLIOGRAFÍA

  1. Castro, E. (2004) El vocabulario de Michel Foucault. Un recorrido alfabético por sus temas, conceptos y autores. Universidad Nacional de Quilmes. Recuperado de: http://es.scribd.com/doc/11414155/castro-edgardo-el-vocabulario-de-mfoucault

  2. Espitia Vásquez, U.I. (2013). Proyecto Pedagógico de promoción de los derechos de los niños con discapacidad visual. En: Cabra, N.A. & Escobar, M.R. (Eds.). Cuerpos otros, subjetividades otras. Revista Nómadas (38). Bogotá: IESCO Universidad Central, pp. 268-270.

  3. García Lizárraga, D.M. y Martínez de la Peña, A. (2007). Diseño y discapacidad: una relación postergada. En: Muñiz García, E. & List Reyes, M. (Coords.). III Congreso Internacional de Ciencias, Artes y Humanidades “El Cuerpo Descifrado” Del cuerpo global a las variaciones culturales de la corporalidad – Área de Historia y Cultura en México de la División de Ciencias Sociales y Humanidades DCSH, Universidad Autónoma Metropolitana, Azcapotzalco / Colegio de Antropología Social, Benemérita Universidad Autónoma de Puebla BUAP / Revista Kiné, Argentina / Carrera de Sociología, Facultad de Ciencias Sociales, Universidad de Buenos Aires UBA / La Cifra Editorial, México / Grupo de Estudio en Sexualidad y Sociedad GESyS, México D.F., México – Memorias – Mesa 30, pp. 208-216.

  4. Hernández Valbuena, C. y Abello Camacho, D.M. (2013). Los estilos de enseñanza de los docentes de la Licenciatura en Educación con énfasis en Educación Especial de la Universidad Pedagógica Nacional. En: Hederich Martínez, C. (Ed.). Estilística Educativa. Revista Colombiana de Educación (64). Bogotá: CIUP Universidad Pedagógica Nacional, pp. 309-325.

  5. Ochoa Gaevska, L.A. (2013). Danza integrada: entre el desenfoque y el zoom. En: Lozano Uribe, F. & Jiménez, F. (Eds.). Danza Contemporánea, Cuerpo y Universidad. Revista La Tadeo (77). Bogotá: Dirección de Publicaciones e Imagen Corporativa Universidad Jorge Tadeo Lozano UJTL, pp. 102-110.

  6. Perujo Lavin, E. (2013). Los archivos del cuerpo ¿Cómo estudiar el cuerpo? En: Cabra, N.A. & Escobar, M.R. (Eds.). Cuerpos otros, subjetividades otras. Revista Nómadas (38). Bogotá: IESCO Universidad Central, pp. 274-276.

  7. Piber Campos, M. (2005). Entre identidades e invisibilidades: la construcción de un cuerpo deficiente. En: Muñiz García, E. & List Reyes, M. (Coords.). II Congreso Internacional de Ciencias, Artes y Humanidades “El Cuerpo Descifrado” - División de Ciencias Sociales y Humanidades DCSH, Universidad Autónoma Metropolitana, Azcapotzalco / Facultad de Filosofía y Letras, Benemérita Universidad Autónoma de Puebla BUAP / Revista Kiné, Argentina / Carrera de Sociología, Facultad de Ciencias Sociales, Universidad de Buenos Aires UBA / University of Austin, Texas, USA – Memorias – Mesa 3, pp.147-157.

  8. Ramírez, A., Moreno, N., Montllor, J. y Bejarano, L. (2013). “¿Discapacitadas nosotras?” Experiencias de exclusión y discriminación en los cuerpos: anormalidad, transgresión, fuga. En: Cabra, N.A. & Escobar, M.R. (Eds.). Cuerpos otros, subjetividades otras. Revista Nómadas (38). Bogotá: IESCO Universidad Central, pp. 151-165.

  9. Torres García, F. (2007) Modelos hegemónicos, creaciones siniestras: el cuerpo en la cultura depredadora. En: E. Muñiz García y M. List Reyes (Coords.). III Congreso Internacional de Ciencias, Artes y Humanidades “El Cuerpo Descifrado” Del cuerpo global a las variaciones culturales de la corporalidad (pp.303-315). Memorias. Recuperado de: http://congreso.cuerpodescifrado.com/


[1] El texto que se presenta es resultado de la investigación realizada como tesis doctoral (DIE-UPN/Univalle) titulada: Cuerpos, sociedades e instituciones a partir de la última década del Siglo XX en Colombia. Allí se sistematizaron unas 1200 fuentes documentales datadas en los últimos 20 años y publicadas en congresos y encuentros colombianos y latinoamericanos cuyo tema puntual era el cuerpo. Gracias a esta abundancia escritural se pudieron identificar tendencias escriturales o modos de enunciación respecto de “algo”, en una época en particular; y dispositivos discursivos o saberes agenciados por fuerzas que lo instituyen como “régimen de verdad” y que a la vez necesitan de él para expresarse. Ej.: “los codos no se ponen en la mesa”; “no debemos contradecir a los mayores”; “la homosexualidad es una desviación”; etc.


[2] No se encontró ningún texto referido a capacidades superiores -alguien diverso o diferente por ir más allá de la norma-, y en cambio un gran porcentaje está relacionado con discapacidad.


[3] Estudio publicado en el blog de APSA sobre infancia y adolescencia. Tema: Desarrollo infantil. Fecha de publicación 8 de agosto de 2012. Recuperado de: http://elarbolquecrece.blogspot.com/search/label/s%C3%ADndrome%20de%20down


[4] Sabemos que en la historia no es tan claro que algo acaba y algo empieza, aún hoy se pueden reconocer sociedades soberanas o poderes que administran y disponen de la vida de otros. También hay comunidades cuya forma de sostenibilidad económica sigue siendo el intercambio de mercancías.


[5] La bio-política es una forma de poder que se ocupa de aspectos como el clima, el urbanismo y la ecología en términos de la geografía; los impedimentos para trabajar, la jubilación, la seguridad social en términos de la vejez; la higiene pública y las enfermedades endémicas en términos de la salud; la demografía, la reproducción, la fecundidad y los nacimientos en términos del control de natalidad, etc. (Castro, 2004: 43-45). Todos estos asuntos garantizan un cuerpo sano como fuerza de trabajo que obedece a un imaginario somático homologado y pre-establecido.


[6] Para ampliar el punto puede verse: (Gómez Muñoz y Torres García, 2006)


[7] Tengo el ejemplo de un hombre indigente que vive en mi calle hace 4 años y permanece gran parte del tiempo (por razones que puedo entender) drogado y alcoholizado, lo que lo incita a gritar en un volumen muy alto (muchas veces obscenidades y cosas desobligantes), por espacio de horas y a cualquier hora del día o de la noche. La comunidad del barrio se ha reunido para tratar el problema y no se ha podido hacer nada. El hombre, aunque vive de esta comunidad (le dan un sitio para dormir y le dan de comer), no ha considerado modificar su comportamiento (también me lo puedo explicar, él no existe para el Estado, nosotros no existimos para él), y el Estado, la ciudad o a quien le corresponda atenderla, ha permanecido indiferente a nuestra circunstancia. Así es la cosa y así hay que asumirla si queremos seguir viviendo allí. Más adelante en el texto, veremos el otro grupo, los “insubjetos” o sujetos insubordinados.


[8] Haciendo la comparación con el capitalismo industrial y comercial en donde se implica el soma –fuerte, adiestrado físicamente y ojalá dormido intelectualmente-, aquí, en estas formas de producción intangibles, se persigue colonizar la mente.


[9] “La extracción de Coltán, un mineral muy escaso y que es empleado para uso de alta tecnología; ha provocado un largo conflicto bélico interno en el país, que desde 1997 (una década) hasta nuestros días, ha causado más de cuatro millones de muertes. El control por las minas de este mineral escaso (…) ha originado que este conflicto durara tantos años y se cobrase tantas muertes ante los ojos cerrados de la comunidad internacional. Han existido y existen aún verdaderas hambrunas en muchas regiones de este país que soporta una deuda externa casi insostenible. Sin embargo, es uno de los países con mayor riqueza, siendo “La cuenca del río Congo”, la segunda selva más importante de la tierra”. Recuperado de:

http://simiomobile.com/downloads/coltan_mineral_muerte.pdf


[10] El término “general intellect” es una reinterpretación de la expresión “conocimiento social general” que Marx mencionaba a propósito de la aplicación de la ciencia al proceso productivo en: Grundrisse o Elementos fundamentales para la crítica de la economía política, recopilación de anotaciones consideradas borradores de su obra El Capital, completada entre 1857 y 1858.


[11] Desde el año 2001 la Universidad Nómada constituye “un laboratorio anticapitalista, antirracista, decolonial y feminista de organización de la producción y la transmisión teórica e intelectual y una agencia de intervención política postnacional y posteuropea de las nuevas fuerzas de trabajo globales y transnacionales que han emergido tras el ciclo de luchas de los movimientos anti sistémicos históricos, los recientes procesos de reestructuración de la economía-mundo capitalista llevados a cabo desde finales de la década de 1970 y la explosión de las nuevas formas de subjetividad y existencia y constitución social de los nuevos sujetos productivos presentes en las actuales sociedades capitalistas de nuestros días”. Recuperado de:

http://www.universidadnomada.net


[12] Este epígrafe aparece como preámbulo de los textos publicados por la Creative Commons, la razón social editorial en donde debajo del sello editorial se agrega: LICENCIACREATIVECOMMONS. Autoría-No Derivados-No Comercial 1.0. Esta licencia permite: - Copiar, distribuir, exhibir e interpretar este texto. Siempre que se cumplan las siguientes condiciones: Autoría-Atribución: Deberá respetarse la autoría del texto y de su traducción. El nombre del autor/a y del traductor/a deberá aparecer reflejado en todo caso. / No Comercial: No puede usarse este trabajo con fines comerciales / No Derivados: No se puede alterar, transformar, modificar o reconstruir este texto. / - Se configura una nueva cultura de la libre circulación de los saberes y los conocimientos a través del software libre y de los autoproclamados “izquierdos reservados” en oposición a los derechos reservados de la circulación restringida de la información.



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