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Castigos corporales y escuela en la Colombia de los Siglos XIX y XX


 

RESULTADO DE INVESTIGACIÓN: Tesis Doctoral: EDUCACIÓN FÍSICA Y ESCUELA NUEVA EN LA ESCUELA PRIMARIA COLOMBIANA EN EL PRIMER TERCIO DEL SIGLO XX - Universidad de Burgos, España (2007) / Proyecto de investigación:: “Pedagogía y Prácticas Corporales en la escuela entre 1920 y 1950 en las Revistas de Educación en Colombia” - Centro de Investigaciones de la Universidad Pedagógica Nacional CIUP, Bogotá, Colombia

 

SÍNTESIS:


El castigo físico se considera ya en la Colombia de finales del siglo xix como una práctica inconveniente, peligrosa e inadecuada para educar a los niños y jóvenes. Pero si bien se lo proscribe, no se lo retira de la escuela, sino que se lo regula y se lo redirecciona hacia el alma o hacia el espíritu, destinándolo al disciplinamiento, a la educación de la voluntad y del carácter. A pesar de las formas que asume, el castigo resulta inseparable de la escuela. En el inicio del siglo xx, el castigo individual pasará a ser una estrategia reguladora de la población infantil y juvenil, convirtiéndose en una economía y una tecnología de gobierno sobre la población escolarizada. El presente trabajo utiliza la caja de herramientas foucaultiana para leer en clave arqueológica y genealógica las relaciones y tensiones entre el castigo escolar y la escuela y sus desplazamientos y cruces, en el marco de una gobernabilidad en que la disciplina y el biopoder se conjugan maravillosamente.


Palabras clave: castigo; escuela cuerpo; alma; educación; infancia; subjetivación.



SÍNTESE:


O castigo físico era considerado, já na Colômbia de finais do século xix, como uma prática inconveniente, perigosa e inadequada para educar crianças e jovens. Mas se bem tenha sido proscrito, não é retirado da escola, pelo contrário, é regulado e redirecionado à alma ou ao espírito, destinando-o à disciplina, à educação da vontade e do caráter. Apesar das formas que o castigo assume, acaba sendo inseparável da escola. No início do século xx, o castigo individual passará a ser uma estratégia reguladora da população infantil e juvenil, convertendo-se em economia e tecnologia de governo sobre a população escolarizada. O presente trabalho utiliza a caixa de ferramentas foucaultianas para ler em chave arqueológica e genealógica as relações e as tensões entre o castigo escolar e a escola e seus deslocamentos e cruzamentos, no âmbito de uma governabilidade em que a disciplina e o biopoder se conjugam maravilhosamente.


Palavras-chave: castigo; escola corpo; alma; educação; infância; subjetivação



ABSTRACT:


The physical punishment is considered in Colombia at the end of the nineteenth century as a problem, dangerous and inappropriate practice to educate children and young people. But while it is proscribed, it is not removed from the school and is regulated and redirected to the soul and the spirit, applying it to discipline, to the education of the will and of the character. In spite of the shapes it assumes, the punishment is inseparable from the school. In the beginning of the twentieth century, the individual punishment will become a regulatory strategy for the child and adolescent population, becoming an economy and technology of government on the school population. The present work uses the Foucauldian toolbox to read in archaeological and genealogical key relationships and tensions between the school punishment and the school and their movements and crosses, in the framework of a governance in which discipline and biopower are combined beautifully.


Keywords: punishment; body school; soul; education; children; subjectification.



DE LOS AZOTES AL BUEN CONSEJO: PEDAGOGÍAS TRADICIONALES Y NUEVAS


La circunstancia que más influyó en mi ánimo para apreciar con espíritu pedagógico el grado de importancia que ocupa en la educación nuestro sistema correccional fue mi primer día de clase. Jamás lo olvidaré. […] La sorpresa me reservaba una circunstancia favorable en la conquista de aquellas tiernas voluntades, a la vez que me suministró esta verdad amarga que aún grita dolorida en el ambiente del aula primaria, como una queja de la civilización y de sus víctimas: el maestro de escuela ha sido hasta hoy un verdugo y la escuela una prisión de la niñez. […] Cuando me disponía a dar comienzo a mi clase, me dirigí a aquel lugar, hasta entonces inadvertido para mí. No bien había franqueado la puerta, recibí un olor a humedad. Por el momento, la oscuridad que allí reinaba me impidió distinguir los objetos que en él se encontraban. […] Mi curiosidad se avivó. Fui preciso encender cerillas para ver en semejante antro. Entonces mis ojos fueron distinguiendo los objetos poco a poco: un manatí, con varios ramales y con alma de acero; dos palmetas o férulas pendían de las mugrientas y rasuradas paredes y dos listones de madera superpuestos veíanse clavados en la pared. […] uno de los niños que me acompañaba sacome del error, al manifestar mi intención de arrancar de allí aquellos listones para mejor utilizarlos. –Señor maestro –me dijo con voz convulsa–, este objeto es un muñequero. Aquí castigan a los niños que se manejan mal, a los desobedientes y a los que no dan sus lecciones. –Estamos en el calabozo, –agregó otro, y no bien había acabado de hablar de esta suerte, separó los listones con ayuda de otro niño, metió sus manecitas entre unos orificios o perforaciones, quedando así casi suspendido, como queriendo enseñarme a manejar aquel abominable y repulsivo aparato, proscrito ya de las cárceles, de los cuarteles y que pesa como un remordimiento sobre las conciencias, como pesa sobre el pueblo judío el madero de Jesús. Todo castigo bárbaro me representa todavía el abominable leño de los antiguos sistemas correccionales en donde se ha inmolado la niñez, con su tétrica célebre máxima: la letra con sangre entra. […] Yo he venido aquí para enseñaros a amar el estudio y no para que por mí lo aborrezcáis. He venido para amaros y no para infundiros miedo. […] Ahora mismo vamos a formar en el patio una hoguera que consuma estos objetos inútiles que nos estorban. Cuando el fuego los haya devorado, os doy asueto para festejar este día feliz, cuyo recuerdo vivirá en nosotros como una promesa, porque alrededor de la hoguera, todos prometeremos hacer vida nueva y en lo sucesivo trabajaremos llenos de alegría. […] Allí se consumió todo un pasado. Solamente el manatí de alma de acero resistióse a la acción del fuego, como se resisten todavía los sistemas anticuados a la acción de los modernos y racionales (Contreras Villamizar, 1927).



Si la escuela fue hasta finales del siglo xix y comienzos del siguiente un lugar frío y tétrico, ¿qué hizo que comenzara a considerarse otro modo de educar en el que los castigos se transformaran en reconvenciones, sugerencias y recomendaciones, en un ambiente más dulce y amoroso?


Con el fin de ahondar en las formas en que el castigo ha estado presente en los procesos escolarizadores, intentaré mostrar cómo a finales del siglo XIX y comienzos del XX fueron posibles ciertas relaciones y tensiones entre la escuela y la infancia; el deber ser, y el sujeto real y concreto que llegó a las aulas.


La formación de sujetos en la escuela se alcanzó mediante prácticas de subjetivación (Herrera Beltrán, 1999), en las que los castigos tuvieron protagonismo y que modificaron al tenor de fuerzas en favor de la dignidad, la piedad, la salud y un arte nuevo en la enseñanza. Abordaremos para su descripción y análisis los elementos de las pedagogías en tensión, la concepción del castigo, sus variedades, sus fines, su pertinencia; las relaciones entre escuela y castigo, así como las características de los sujetos castigados y las motivaciones o actitudes más convenientes del sujeto que encarna estás prácticas: el maestro.




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