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EL CUERPO, EXPRESIÓN, GESTO Y PALABRA PARA LA TRANSFORMACIÓN DEL AULA


Resumen:


Expresar como el arte desde lo corporal puede traspasar, permear, establecer un puente entre el estudiante y lo que conoce, su historia, como forma de abrir la mirada a ese proceso creativo que se genera desde la indagación que el mismo realiza a su ser, a su esencia, desde la observación del mundo y la relación que establece con el otro como punto de partida para el acto catártico de creación y puesta en obra de lo que quiere decir y se plasma en el papel, en el gesto y el movimiento reconociendo su cuerpo como medio de expresión, toda esta experiencia artística y sensible generada desde el aula de clase para que trascienda a su cotidianidad.


Palabras claves: arte, experiencia estética, pedagogía, corporeidad, expresión




“El cuerpo es lo que yo quiero decir”

Luis Caballero.



En muchos momentos de la vida recorremos continuamente los espacios sin percibirlos, ni observarlos, incluso no nos percatamos de la transformación constante que estos sufren, es ahí donde la mirada se posa como una forma de reivindicar los espacios cotidianos, nuestro entorno, de conocer y reconocernos en una experiencia sensible de vida hecha imagen…


En la reflexión pedagógica abordo el arte desde la observación de los espacios de la institución para luego plasmarlos en el papel, con algunos elementos técnicos de composición, forma, textura y color, también en el cuerpo que se mueve y expresa en el espacio desde la danza y el teatro donde se amplía la mirada a su barrio, a la ciudad como parte de lo que son, lo que los transforma, los identifica y les permite expresarse...


Reflexionar en torno a cómo ven la ciudad, su barrio, su colegio y como logran apropiarse de él, plasmar su sentir en una obra que da cuenta de lo que representa ese espacio de vida, de transformación donde reconocen su cuerpo como elemento creativo y de reflexión, a través de aquellos simples trazos y manchas de color que forman un todo, desde las diferentes manifestaciones artísticas que día a día los convocan y les permiten reconocerse y expresar ideas, emociones y sensaciones donde el cuerpo se convierte en imagen, en texto en la narración de toda una vivencia.


Para comprender era preciso observar el mundo, al aire libre, un mundo todavía muy rural, y la observación llevaba a los objetos, los cueros, las artesas, los látigos …desde mi infancia confinada se mantenían en el horizonte de mis sueños.[1]


El acto creativo como una expresión del ser y que lo transforma , surge del cumulo de experiencias vividas que nutren el sujeto desde las relaciones con su entorno y con el mismo; desde la infancia vamos acumulando sentimientos y experiencias que van nutriendo nuestra capacidad de mirar el mundo, y es propiamente este el que en ocasiones ahoga y no permite que dichas experiencias sensibles afloren, eliminando las formas creativas y llevando al sujeto a ocultarse en estereotipos y acciones que le pide ese entorno que coarta sus posibilidades creativas, es entonces de donde surge el acto creativo, entendido como una elaboración humana y se inscribe en una búsqueda incesante de conocimiento y este en ese deseo por alcanzar aquellos anhelos que alguna vez surgieron en cada ser, vivencias que día a día nos traspasan y logran transformarnos, pero en esa búsqueda que como sujetos establecemos en tanto deseo de expresión y creación, logramos romper algunos paradigmas y esa historia con la cual cargamos la convertimos en un eje inspirador, para nuestras obras que se generan en esos pequeños momentos cotidianos en los cuales se inscribe nuestro ser, para luego verse reflejado en los otros y en el proceso pedagógico se convierten en un reflejo de aquello que buscamos, lo que vivenciamos y ese deseo perenne de generar experiencias de conocimiento donde el otro se apasione por el saber cómo forma de apropiación de si y del mundo que lo rodea.


El arte desde la experiencia sensible y creativa les permite evaluarse, evocar aquellos recuerdos que marcaron su memoria, su historia y a su vez replantearse experiencias y vivencias que los conmovieron y que alguna vez dejaron atrás, por miedo o por olvido pero que emergen en sus trazos, en sus pinturas incluso en sus gestos y movimientos de danza y teatro, pues el poder expresarse es una indagación permanente por su ser, su esencia y el cómo se acercan al mundo, y de alguna manera se apropia de él, esa expresión del sentir que se hace presente se remonta a un pasado que lo traspasó una relación que se estableció con el arte como un juego o una pasión infantil que en algunos surgen en la escuela y en otros en su casa, es allí donde realmente esa conexión con el cuerpo hecho imagen a través de experiencias evocadoras de la infancia donde vuelve a su ser sensible y desprovisto de tantas cargas emocionales, donde solo es el placer de ser lo que motiva la vivencia cotidiana, donde el sentir se expresa de forma libre y espontáneamente para otorgarle sentido al mundo y vislumbrar ese horizonte donde están confinados los sueños.


Es así como la relación con el maestro figura de poder, llena de pasión por el conocimiento la que los transforma, la que permite introducirlo en aquel mundo de lo creativo, en el cual la expresión desde el arte les posibilita el conocimiento y la exploración de nuevos mundos mágicos o quizás utópicos donde todo es posible, el arte le permite volar, crear, emprender esa búsqueda de sí.

La escuela y en ella todas las experiencias lúdicas que acerquen a los estudiantes a la experiencia estética bien sea para expresar, sentir, crear, armar, construir conocimiento, desembocaran de algún modo a una respuesta en el proceso de artístico de aquellos niños y jóvenes que se permearon, que quedaron cautivados en esa pasión por el arte y sus diversas manifestaciones. Se convierte esta en un aporte al conocimiento y a nuevas experiencias que están dadas por la sociedad y la cultura donde está inmerso el estudiante y a partir de la cual se escribe como acto de expresión, de felicidad, incluso de libertad del ser, su esencia y su conciencia en relación al contexto socio cultural y político que lo interviene.


Crear es un ritual en el cual se inscribe la esencia, el estilo del autor que de forma mágica vuelca su sentir sus ideas en un trozo de papel en el cual deja su ser, su vivencia impregnada de emoción en una comunión con la imagen; con el gesto con la expresión, que está llena de recuerdos de lecturas anteriores, donde vuela es libre y se escribe su historia de forma intangible en sus trabajos que quedan cargados de ese modo de concebir el arte sus posibilidades y posturas en las cuales se da a conocer, su esencia porque siempre se tendrá algo por decir, por vivir, por expresar y esto se configura en su obra como un todo que reúne su ser, su esencia y su deseo de ir más allá.


EL PLACER DE ENSEÑAR


Enseñar es amar la vida desde el acto de interacción intelectual con el otro, se trata de seducirlo con el conocimiento, el acto de enseñar implica primero aprender y conocerse para luego brindar lo mejor de sí, es una experiencia que le permite al sujeto transmitir ideas, emociones y conocimientos los cuales logran transformar a los estudiantes desde la pasión que le imprime el docente y de la rigurosidad que este le posibilite al acto de enseñar, que desde esta postura quien logre construir un aprendizaje discursivo que apasione lograría entonces desarrollar en el arte un acto de ser crítico y reflexivo con lo que acontece y con la historicidad que se tiene desde la familia y la sociedad, así como lo propone Georges Duby,(1999.) “Por fin ingresaba al oficio que he amado apasionadamente. Había soñado con igualar a los maestros que me seducían. Ahora iba a esforzarme por seducir a mi vez, tanto como ellos”. (pag.33); es decir ese acto reciproco de enseñar se vuelve cíclico en tanto surge de aquellas experiencias primarias en las cuales esas figuras de autoridad se convirtieron en referentes conceptuales, de vida y un modelo a seguir, el cual luego se repite pero en diferentes roles y así se continua buscando apasionar al otro, motivarlo en esa búsqueda de conocimiento del mundo que posibilita el propio conocimiento y una mirada crítica.


El ejercicio de enseñar debe ser pertinente adaptado al contexto y a la época pues sería un sinsentido, desconocer el contexto actual de los jóvenes sus vivencias, sus necesidades, sus angustias, ese acto educativo debe procurar integrar eso que son, lo que los interviene para propiciar espacios significativos de aprendizaje, que el proceso de enseñanza no sea un embudo que vierte lo que el maestro o la sociedad necesita para adoctrinar y deshumanizar al estudiante , que la educación se convierta en un acto de construcción colectiva donde se les permita ser y expresar mediante ese acto maravilloso de adquirir el conocimiento.


Enseñar no solo se remite a los libros a memorizar un texto, sino a la experiencia transformadora de explorar lo cotidiano y transformarlo desde la apropiación de su entorno mediante la palabra, el gesto, el movimiento, el texto o la imagen que ellos pueden re significar en la experiencia a partir del proceso creativo.


En el proceso de enseñanza se debe estar retroalimentando continuamente, buscar un norte y ser crítico, en tanto sujeto en continua transformación, ese acto mágico de enseñar consiste también en aprender del otro, en esa interacción continua, es despojarse de miedos y temores y ser un referente de vida que no posee el conocimiento absoluto sino que se evalúa y se construye día a día desde la experiencia y la búsqueda incesante de conocimiento, es allí donde el proceso de enseñar se valida en él y en el otro que lo reconoce como figura de autoridad pero más que eso como un ser apasionado y dispuesto a dar de sí y a recibir las nuevas experiencias que lo construyen, es una búsqueda por innovar salir de la zona de confort donde muchas veces se inscriben, cuestionarse continuamente, replanteando esta labor, la cual debe generar pasión, deseo y un encuentro con su ser, Duby (1999) propone, “ Y me arroje a ellos, devore apasionadamente la colección completa. Fue mi principal alimento…Esas lecturas me hicieron lo que soy”[2] (pág. 40), Es entonces la pasión por el conocer ya sea desde la lectura como desde la experiencia lo que le posibilita a ese sujeto ser, desde la libertad que le otorga el conocimiento y la amplitud en la mirada, como pedagogo que vive intensa y apasionadamente su labor en una constante búsqueda de crecimiento e interacción con el otro.


MI EXPERIENCIA EN EL AULA


En el recorrido pedagógico que he tenido en los 20 años de labor docente he podido interactuar con diversidad de estudiantes desde preescolar hasta grado once encontrando un punto en común entre todos y es el deseo de ser escuchados, de expresarse libremente y ser ellos, sin que siempre se coarte su ser y su esencia.


Desde mi formación como artista pedagoga me cuestione siempre ese modo rígido de enseñar donde el docente se inscribe en un panóptico del cual teme bajar y desde allí ejerce su autoridad con cierta represión, entonces decidí que la experiencia sensible y el posibilitarles espacios de expresión de reconocerse como seres creativos y expresivos podría abrir otros espacios y otra mirada a su entorno, sabiendo que ellos me reclamaban más tiempo de clase, más actividades y más contacto con el arte que lograba atraparlos, tal vez por la gran pasión con que les hablaba.


Formo entonces unos semilleros de danza-teatro y otro de artes plásticas para darle rienda suelta a la creación y la expresión pero respetando los parámetros establecidos por el ministerio y conservando en el aula regular los elementos que debo orientar desde las directrices de la educación aunque jugando un poco con los métodos de enseñanza.


En el inicio pensaba un grupo de 20 máximo 25 estudiantes pero se inscriben alrededor de 50 y otros tantos que decido dejar por fuera por razones de espacio ya que nos reuníamos en contra jornada y no se podía interrumpir los grupos que estaban en clase y mucho menos con tantos estudiantes en una cancha dibujando, pintando o danzando, divido el grupo y poco a poco se va depurando pero se continua con gran interés y motivación, realizando propuestas desde lo escrito, lo plástico y lo corporal, semilleros donde yo participo activamente me involucro con las actividades y les permito proponer, ser desde el respeto por el otro, estos espacios nos generan una camaradería, un sentido de pertenencia y una búsqueda por nuevas experiencias, algunos han buscado clases de música desde esta experiencia sensible y corporal, otros profundizado en el graffiti y así poco a poco se extiende este grupo a tomarse desde la experiencia sensible con el arte la institución y porque no otros espacios del barrio o la ciudad donde se pueda dar cuenta de que los jóvenes tienen mucho para expresar y que solo necesitan ser escuchados orientados, que se crea en ellos.


La propuesta del semillero ha sido brindar elementos de expresión y sensibilizarlos en torno a su cuerpo, reconocerlo y poder expresarse a partir de este, en este proceso hemos construido una muestra principal de danza teatro que involucra la puesta en escena, la danza contemporánea y algunos malabares, donde cada joven de acuerdo a sus habilidades se fue encaminando por alguna de esas líneas y luego fueron mezcladas para dar paso a una propuesta que presentamos en la semana del teatro, paralelo a esto se realizan unos monólogos, y obras de teatro.


Es así como día a día se fortalece la propuesta que inicia en una clase de arte en el grado octavo y se extendió a todos los grados de la jornada y a la conformación del grupo de danza teatro con sus propuestas JÓVENES EN ESCENA POR UN PAÍS POSIBLE con sus montajes coreográficos y puestas en escena y MIRADAS DE CIUDAD con las propuestas pictóricas y de murales realizadas dentro de la institución y buscando cada día espacios donde mostrar que es posible una transformación en la educación desde el arte como eje inspirador….


En el momento estamos en un proceso de experimentación sensible donde buscamos retomar elementos de la naturaleza para ser transformados y puestos en escena, creando así una obra inspirada en el circo del sol.


La propuesta del semillero es darle mayor fuerza al trabajo de los jóvenes y poder proyectar su trabajo a otros espacios fuera de la institución que les permitan enriquecer su conocimiento y experiencias de vida que potencien su desarrollo como ser integral, sensible que buscar ser escuchado y expresar su sentir…


CONCLUSIONES


Concluyendo el arte como expresión del ser es un acto creador que surge desde la apropiación de la vivencia y la re significación de esta, partiendo de una herencia socio cultural que se transforma en la interacción que establece el sujeto para luego dejar en el papel la esencia el sentir hecho palabra, imagen, movimiento, gesto, grafía de la emoción y la interacción con el mundo y consigo mismo como forma de ser y trascender.


Puesta esta vivencia y experiencia al servicio de la labor docente en el cual se inscribe e imprime su pasión que es retroalimentada en la adquisición de conocimiento reciproco y la continua exploración de mundo y el cómo transformar la experiencia de los jóvenes e inscribirse en su contexto dando vida y sentido a la experiencia creadora de la pintura, la danza y el teatro que es en sí compleja y reflexiva.


Es entonces la experiencia sensible una forma de conocer y transformar una experiencia personal y un acto catártico en un proceso formativo que posibilita movilizar el pensamiento y darle otro sentido a la enseñanza, que brinde a los jóvenes elementos para reflexionar, ser críticos con sus propias posturas frente a la vida y a la forma de asumir sus cotidianidades y lo que estas les ofrecen día tras día.


Bibliografía

  1. Halliday, M.A.K. (1982). “El texto como unidad semántica”. El lenguaje como semiótica social: la interpretación social del lenguaje y del significado. México: Fondo de Cultura Económica.

  2. Rojas, Beatriz. (Compilador) (1999). “El placer del historiador”. Obras selectas de Georges Duby. México: Fondo de Cultura económica.

  3. Barthes, Roland. (1967). “Qué es la escritura”. El grado cero de la escritura. Argentina: Jorge Álvarez.



NOTAS:


[1]La evocación a la infancia como elemento que retoma esas primeras experiencias de aprendizaje y las huellas de la memoria se hacen presentes en la escritura como forma de conjurar aquellos recuerdos que definen al sujeto. (pag.27)


[2] El acto pasional que general el conocimiento desde cualquier ámbito que introduce al lector en otro mundo de experiencias y vivencias que asume como propias y las retoma para si en su cotidianidad.



ANEXOS

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