CUERPO HUMANO E IDEOLOGIA. LAS CONCEPCIONES DE LOS ANTIGUOS NAHUAS
- Alfredo López Austin (2004)
- 27 abr
- 1 Min. de lectura

1. INTRODUCCION
Todos sabemos que el cuerpo es tacaño,
artimañero, que no le cumple a uno todos
los días de la misma manera. Y en un descuido
se nos arruinan los aceites y cuesta
trabajo abrir los ojos.
Arturo Azuela. Un tal José Salomé
UNA ANTIGUA CONCEPCION DEL CUERPO HUMANO
Las palabras que Arturo Azuela pone en labios de su personaje poseen la aplastante universalidad de una preocupación cotidiana: la preocupación por el funcionamiento de este complejo mecanismo que constituye al hombre. Y junto a ella está siempre presente la necesidad de un sistema ideológico que explique la constitución y el desarrollo de los procesos vitales. No puede ser de otra manera, si el cuerpo humano es núcleo y vínculo general de nuestro cosmos, centro de nuestras percepciones, generador de nuestro pensamiento, principio de nuestra acción, y rector, beneficiario y víctima de nuestras pasiones.
Las concepciones que se forman acerca del cuerpo humano (como el cuerpo mismo) son meollos receptores, ordenadores y proyectores de las esferas físicas y sociales que las envuelven. El estudio de estas concepciones debe partir del conocimiento de las sociedades que las crean y, recíprocamente, puede dar debida cuenta del mundo natural y social en el que los creadores han vivido.
La relación entre estas concepciones y la acción y el entorno humanos es tan íntima como se creyó en la antigüedad que lo era el vínculo entre el microcosmo y el macrocosmo.
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